Preservación y superación de estereotipos de género en las telenovelas:
un análisis basado en corpus
By Sara Piccioni & Rafael Lozano Miralles (Universities of Chieti-Pescara & Bologna, Italy)
Abstract
English:
This paper investigates the role of Latin American telenovelas in the preservation/challenging of gender stereotypes, thus contributing to the debate on the social function of these serial narratives as guardians of traditional values or promoters of social change. A corpus-based methodology is used to analyse two electronic corpora of telenovelas first televised in the 90’s and 2000’s, comparing frequency lists, keywords and collocations to observe the distribution of words referred to men and women and the talk of each gender group. Results suggest that, in recent years, telenovelas portray social change by proposing a more equal model of gender relations, as indicated by a similar (quantitative) presence of men and women in the scripts and increased emancipation of women from traditional domestic roles. Furthermore, by drawing attention to gender violence telenovelas may (potentially) serve as instruments of social change.
Spanish:
Este estudio investiga el papel de las telenovelas en la conservación o superación de estereotipos de género, proponiéndose contribuir al debate sobre el rol social de estos productos seriales como defensores de valores tradicionales o portadores de cambio. Utilizando una metodología basada en corpus, se han comparado listados de frecuencias, palabras-clave y colocados en dos corpus de telenovelas de los años 90 y de los años 2000, para observar la distribución de palabras referidas a hombres y mujeres y analizar el habla de los personajes representativos de cada género. Los resultados indican que las telenovelas reflejan los cambios sociales proponiendo, en años recientes, un modelo más equitativo de relación entre los géneros, gracias a una presencia cuantitativamente más homogénea de hombres y mujeres y a una menor vinculación de la mujer con los roles tradicionales del ámbito doméstico. Además, insistiendo en la representación de la lacra social de la violencia de género, las telenovelas se plantean como instrumentos de denuncia y (potencialmente) agentes del cambio social.
Keywords: telenovelas, Gender Stereotypes, corpus linguistics, Discourse Analysis, Estereotipos de Género, Lingüística de Corpus, Análisis del Discurso
©inTRAlinea & Sara Piccioni & Rafael Lozano Miralles (2013).
"Preservación y superación de estereotipos de género en las telenovelas: un análisis basado en corpus"
inTRAlinea Special Issue: Palabras con aroma a mujer. Scritti in onore di Alessandra Melloni
Edited by: Maria Isabel Fernández García & Mariachiara Russo
This article can be freely reproduced under Creative Commons License.
Stable URL: https://www.intralinea.org/specials/article/2004
1. Introducción
En décadas recientes las telenovelas latinoamericanas han atraído la atención de investigadores en ámbitos tan varios como la sociología de la comunicación, la semiótica y el análisis del discurso, entre otros. Se han estudiado como productos comerciales dirigidos a públicos vastos con un fuerte potencial para representar y, al mismo tiempo, plasmar la identidad y las actitudes de los espectadores.
El debate sobre la función social de las telenovelas ha dado vida a posturas académicas esencialmente polarizadas: por un lado, estos productos seriales se ven como instrumentos de control social que miran a la defensa de valores tradicionales y al mantenimiento del statu quo; por otro lado, se les ha reconocido un papel fundamental como portadores de cambios sociales a través de la difusión de contenidos educativos.
Esta dialéctica entre conservadurismo y cambio social se ha observado sobre todo a partir del análisis de las representaciones de género y raza, al ser estos aspectos donde se hacen patentes actitudes y prejuicios, tácita e inconscientemente, compartidos por una cultura: respecto de ambos temas, las telenovelas parecen oscilar entre una representación que favorezca la preservación de los roles tradicionales y la intención didáctica de promover un modelo de convivencia más equitativo, justo y respetuoso de las categorías sociales víctimas de discriminación.
En este artículo nos centraremos en el análisis de estereotipos de género relativos a la mujer para explorar las actitudes explícita e implícitamente vehiculadas a través de los personajes de las telenovelas. Se pretende de esta forma caracterizar las tensiones entre intención conservativa y propósitos didáctico-progresistas en este formato televisivo tan popular. El análisis utilizará los métodos propios del análisis del discurso basado en corpus electrónicos para comparar la distribución de palabras-clave en una selección de telenovelas de los años 90 y los años 2000.
La exposición presenta la siguiente estructura: después de una reseña de los estudios dedicados a las representaciones de la mujer en las telenovelas (§2), en §3 se presentan el corpus y el método de análisis basado en corpus. En §4 se exponen y discuten los resultados del análisis, para luego (en §5) ilustrar las conclusiones.
2. Representación de la mujer en las telenovelas: entre preservación de estereotipos y promoción de buenas prácticas
Desde muy temprano el fenómeno de las telenovelas, sensacional por la magnitud de su audiencia en muchos países de América Latina, se ha considerado como un interesante punto de partida para observar los estereotipos y los valores dominantes en las sociedades que representan y a las que se dirigen. Ya en los años 80 se empezaron a considerar importantes vehículos, que no armas, para la difusión de actitudes y prácticas sociales fundamentales en ámbitos que van desde las relaciones entre los géneros al tratamiento discriminatorio de determinados grupos étnicos.
En los estudios que se han dedicado a explorar la función social de las telenovelas prevalecen dos posturas principales y opuestas: por un lado, algunos investigadores han indicado que las telenovelas, producidas por grandes compañías de medios de comunicación sujetas a las coacciones del mercado capitalista y de las oligarquías económicas y políticas de un país, se utilizan como instrumentos para reafirmar y homologar los tradicionales esquemas de comportamiento e interacción social, caracterizándose, por lo tanto, como dispositivos de control social y mantenimiento de las relaciones de poder al servicio de instancias conservadoras. Por otro lado, muchos investigadores y operadores del mundo de la comunicación han señalado (y proficuamente aprovechado) la capacidad de las telenovelas para llegar a millones de personas en países del Tercer Mundo, difundiendo contenidos educativos y promoviendo buenas prácticas sociales (nos referimos aquí al llamado edu-tainment que nace de la proficua combinación de education y entertainment).
La primera postura se ha desarrollado en el ámbito del análisis crítico del discurso, que se dedica (con propósitos marcadamente ideológicos) a desenmascarar las dinámicas de opresión que los grandes actores políticos y económicos ejercen sobre la sociedad a través del discurso, o de las narrativas, dominantes. Entre estos actores se encuentran la industria del cine y la televisión[1] y entre los estereotipos más perniciosos que estos difunden y mantienen están los estereotipos de género. Ya en los años 80 a las telenovelas y a su representación de las mujeres se les había asociado la intención de preservar el poder patriarcal. Osuna (1984) describe a las protagonistas de las telenovelas como seres llamados a encarnar valores tradicionales como ‘obediencia, amor, fidelidad, paciencia, resignación’ (1984: 25), valores que chocan con la sociedad moderna. Sin embargo, para esta autora, lo que las telenovelas plantean no sería un conflicto entre valores (tradicionales vs. modernos), «sino una lucha por mantener el poder», que convierte a la mujer «en un factor ideológico de innegable contenido político» (Osuna 1984: 25).
Esta visión politizada de la representación de la mujer (y de la sociedad en general) en las telenovelas se ha mantenido intacta hasta años muy recientes, como se puede comprobar leyendo el trabajo de Asqueta, Muñoz, Martínez (2003), que indican que:
la telenovela al igual que otros discursos mediáticos actúa como un freno que mantiene al público al margen de la participación en las transformaciones sociales y niega, al fomentar la antidemocracia, la posibilidad de que ciertos sectores se autodeterminen, como es el caso de la mujer, de los marginados, de las minorías étnicas y logren adquirir el status que legítimamente les corresponde en la sociedad y la vida (Asqueta, Muñoz, Martínez 2003: 90).
La hipótesis parece confirmada por estudios empíricos que se basan en el análisis de contenidos (Quintero, López 1999) y de la recepción (Romero, Degrado 2008). El primero de estos trabajos analiza los contenidos de las telenovelas transmitidas en México durante una semana, verificando que, aunque los personajes femeninos predominan sobre los masculinos en frecuencia de aparición, estos ocupan un mayor número de roles protagónicos cuando pertenecen a los estratos socioeconómicos alto y medio; las mujeres protagonistas, en cambio, tienden a ser miembros del estrato socioeconómico bajo. Los autores concluyen que:
la telenovela mexicana recrea cierta visión parcial de la vida diaria, en donde se legitima el dominio de la clase alta sobre otras esferas sociales, el mando del hombre en campos profesionales y la subestimación de la mujer al reiterar y exagerar características en sus roles y comportamientos sociales (Quintero, López 1999: 268).
Romero, Degrado (2008) analizan los hábitos de consumo del género telenovela en niños y niñas de once y doce años, para verificar su influencia en el mantenimiento de estereotipos de género. Comprueban que niños y niñas indican como favoritos a una mayoría de personajes masculinos (70,8%, frente al 29,1% de personajes femeninos); las niñas valoran más el aspecto físico agradable y las cualidades relacionales, de habilidad social, mientras que los niños, además del aspecto físico agradable, valoran como positivos la agresividad y la violencia, que se pueden considerar estereotipos masculinos. El estudio confirma así la función de las telenovelas en la reiteración de estereotipos y su aceptación acrítica.
Frente a estas posturas totalizantes, algunos investigadores han reconocido, en las telenovelas, una tensión constante entre tendencias conservadoras e innovadoras. Beard (2003) señala que, además de reafirmar las ideologías hegemónicas, las telenovelas pueden (aunque en ocasiones raras y de forma parcial) poner en tela de juicio los estereotipos dominantes. Estos serían evidentes en los paradigmas morales conservadores reafirmados por las tramas organizadas entorno a la familia y al amor como fulcros y el ineludible final feliz con mensaje de esperanza, en el que se recompensan los actos buenos y se castigan los malos. En este horizonte ético, la mujer a menudo es representada como figura de apoyo, subalterna frente al hombre y dependiente de su guía y respaldo. En algunas de las telenovelas más recientes, sin embargo, se representan una sociedad y una imagen de mujer más modernas y actuales.[2] Beard (2003) pone el ejemplo de la telenovela mexicana La vida en el espejo centrada en la vida de familias burguesas de la Ciudad de México, donde las mujeres han adquirido mayor independencia y libertad de actuar (la protagonista deja a su marido y a su familia para irse a vivir con un hombre más joven). Sin embargo, aun en este caso, la trama insiste en las repercusiones negativas que la libertad de la mujer tiene en la familia (los problemas psicológicos y la drogadicción de la hija), proponiendo el retorno de la mujer al hogar como solución. Además, la identidad de la mujer queda estrechamente asociada a la idea tradicional de feminidad, de manera que los problemas psicológicos de la hija de la protagonista se consideran resueltos, gracias a una terapia psicológica, cuando la joven mujer empieza a cuidar de su aspecto físico y a vestirse de manera más femenina. Incluso la abertura hacia la homosexualidad (entre los personajes se encuentra una pareja homosexual presentada muy positivamente) se ve algo perjudicada por el prevalecer de actitudes que inconscientemente adscriben al homosexual a la esfera de la anormalidad (presentando la homosexualidad como una “condición”).
Las tendencias innovadoras son más visibles en la telenovela entendida como edutainment, es decir, en productos seriales pensados para difundir contenidos educativos. Son las que Brown, Singhal, Rogers (1989) llaman pro-development soap operas, atribuyendo su paternidad a Miguel Sabido, vice-presidente de investigación en Televisa, la mayor productora de telenovelas en América Latina. En los años 70 Sabido pensó explotar el potencial promocional de las telenovelas, capaces de alcanzar millones de telespectadores en sus casas en todo el mundo, para promover, en lugar de productos comerciales, contenidos de utilidad social. Nacen así telenovelas «deliberadamente producidas con la intención de suscitar en la audiencia actitudes y conductas favorables a valores pro-sociales» (Sabido, Jara 1989). Entre los valores pro-sociales promovidos se encuentran (además de la alfabetización de adultos, enseñanza sexual a los adolescentes y mejor trato a los niños), temas que tienen que ver con la igualdad de género, como la dignidad de la mujer (Nosotras las mujeres) y la planificación familiar (Acompáñame). En lugar de representar, reafirmar y promover la preservación de roles sociales tradicionales, estas telenovelas se proponen como instrumentos del cambio social, difundiendo valores progresistas y contrastando prácticas sociales lesivas.
3. Análisis basado en corpus de la representación de la mujer en las telenovelas: hipótesis, corpus y método
En esta sección, al fin de contribuir al debate ilustrado en §2 sobre la función social de las telenovelas, se ilustra un análisis basado en corpus de la representación de las mujeres en estos productos seriales.
Más en concreto, se pretende verificar si las telenovelas reafirman los modelos tradicionales, o bien si reflejan o, incluso, preconizan cambios sociales en temas relacionados a la cuestión de género.
Para este fin, se ha decidido comparar la representación de las mujeres en dos mini-corpus de telenovelas: el primero (NOVENTA) contiene la transcripción de fragmentos de telenovelas producidas y televisadas en los años 90, mientras que el segundo contiene telenovelas de los años 2000 (DOSMIL). En estas dos décadas se ha asistido a cambios sociales importantes: la igualdad de género, el trato a las mujeres y el papel de la mujer en las sociedades latinoamericanas han protagonizado un debate permanente en la vida política y en los medios de comunicación. El análisis que aquí se presenta se propone verificar si ese cambio queda reflejado en las telenovelas, o si las telenovelas de los años 2000 siguen difundiendo una representación tradicional de la mujer.
Para la construcción del corpus se han seleccionado 7 telenovelas de los años 90 y 6 telenovelas de los años 2000: el principal criterio de selección ha sido el cronológico, escogiendo una telenovela por bienio en cada una de las décadas; en base al criterio geográfico se ha intentado seleccionar telenovelas producidas en distintos países de América Latina. Una vez escogidas las telenovelas, se han transcrito 10 minutos (seleccionados casualmente) de cada una de ellas: los turnos se han anotado indicando el sexo del hablante para permitir la posterior recuperación automática de los turnos de hombres y mujeres. Se ha decidido adoptar criterios externos (el cronológico y el geográfico) en la selección de las telenovelas y recopilar casualmente los fragmentos de cada una de ellas para evitar introducir elementos de parcialidad que podrían haber resultado de la inclusión de fragmentos indicativos de una específica actitud hacia las mujeres. Sin embargo, el tamaño reducido de la muestra analizada no puede garantizar la representatividad absoluta del corpus y habrá que matizar las generalizaciones de los resultados en consideración de la peculiar composición del corpus. La Tabla 1 recoge el contenido de los dos corpus y su tamaño.
NOVENTA |
DOSMIL |
Mi Pequeña Soledad (1990, México) |
Salomé (2001, México) |
Manuela (1991, Argentina) |
Pasión de gavilanes (2003, Colombia) |
Corazón salvaje (1993, México) |
Amor sin condiciones (2006, México) |
Canela (1995, Perú) |
Doña Bárbara (2008, Colombia/EEUU) |
Esmeralda (1997, México) |
Ojo por ojo (2010, EEUU, Colombia) |
Salud, Dinero, Amor (1997, México) |
Lobo (2012, Argentina) |
Cosas del amor (1999, Perú) |
|
TOT. 4466 token |
TOT. 4148 token |
Tabla 1. Telenovelas incluidas en el corpus NOVENTA y el corpus DOSMIL.
Los métodos utilizados para analizar los corpus recogidos son los que se han venido desarrollando en el ámbito de la lingüística de corpus y que han sido aplicados en los estudios del discurso asistidos por corpus (Partington 2004; 2006) y en el análisis crítico del discurso basado en corpus (por ej., Baker et al. 2011). En particular, se utilizarán listados de frecuencias, palabras-clave y colocados para observar la distribución de palabras referidas a hombres y mujeres y para analizar el habla de hombres y mujeres en las telenovelas. Las palabras-clave, es decir, palabras que aparecen con una frecuencia estadísticamente inusual en un texto o en un corpus (Scott, Tribble 2006) y que, por lo tanto, se pueden definir palabras “típicas” de ese corpus, se obtendrán utilizando la medida estadística log-likelihood. Las colocaciones, es decir, ocurrencias «de dos o más palabras a corta distancia una de otra en un texto» (Sinclair 1991), se identificarán calculando la medida estadística 'información mutua' con el programa AntConc (Anthony 2006).
4. Resultados
4.1 Cuánto hablan mujeres y hombres
El primer aspecto que se ha analizado es la cantidad de palabras pronunciadas por hombres y mujeres en cada corpus. Para este fin, para NOVENTA y DOSMIL se han creado dos subcorpus separando los turnos de hombres y mujeres: HOMBRE90, MUJER90; HOMBRE2000, MUJER2000.
NOVENTA |
HOMBRE90 |
1725 |
MUJER90 |
2424 |
|
DOSMIL |
HOMBRE2000 |
2026 |
MUJER2000 |
1838 |
Tabla 2. Número de palabras pronunciadas por hombres y mujeres en cada subcorpus.
Los datos recogidos en la Tabla 2 señalan un cambio en la participación de hombres y mujeres en los diálogos. En los años 90 predomina la presencia femenina (2424 palabras pronunciadas por mujeres vs. 1725 palabras pronunciadas por los hombres), mientras que en los años 2000 los hombres parecen tener un papel más central en los diálogos (pronunciando 2026 palabras frente a las 1838 palabras que corresponden a los turnos de las mujeres). Si bien estos resultados dependen de manera crucial de la muestra de episodios escogidos para el análisis, y cualquier generalización es necesariamente problemática, las cifras indican una mayor presencia masculina en las telenovelas en la última década, una hipótesis que parece ser confirmada por el análisis de las palabras-clave presentado en §4.2 y de los colocados en §4.4.
4.2 Comparación de las palabras-clave en NOVENTA y DOSMIL
La Tabla 3 muestra las 50 primeras palabras-clave de los dos corpus. Las palabras-clave de la primera columna se han obtenido utilizando NOVENTA como corpus de estudio y DOSMIL como corpus de referencia. En la segunda columna, en cambio, DOSMIL se ha utilizado como corpus de estudio y NOVENTA como corpus de referencia. De esta forma, la primera columna indica las palabras típicas de NOVENTA y la segunda columna las palabras típicas de DOSMIL.
NOVENTA |
DOSMIL |
señora doctor Esmeralda Francisco el Valeria Marcela Es Tina antes Doctor esposa hija Isabel nieto Sol ahorita conocer felicidad José madre mañana nana saberlo trabajar Cómo MUJER o del como Adriana Armando auto basta Bernarda Charo comer Cuál debemos decir deja difícil era Esta grande grave Guicho gusto hijito inocente |
dejar este Carlos Karina puerta Raúl Qué Félix Lola Raca Santos hombre usted amiga tiíta y Alina Claro decisión Jimena ladrón marido Nando niña Dónde lo abogado Barbarita Caracola caray Clarita corazón creer cálmate dejo diciendo Erasmo familia Julio Lusardo mil Monsalve necesito Ruth sola tenía Venecio vieja Yessenia ni |
Tabla 3. 50 primeras palabras-clave de cada corpus.
Las primeras 50 palabras-clave del corpus NOVENTA contienen un total de 22 palabras que se pueden relacionar con hombres y mujeres. De estas, 14 se refieren a mujeres (63%) y las restantes 8 a hombres (37%). En el corpus DOSMIL, en cambio, la proporción entre palabras referidas a hombres y mujeres parece ser más equilibrada, con una ligera prevalencia de las palabras masculinas (54% palabras referidas a hombres y 46% a las mujeres).
En NOVENTA, el 64% de sustantivos referidos a mujeres son nombres propios, mientras que los restantes sustantivos vinculan a la mujer con su posición social (señora), sus relaciones familiares y en particular su papel de madre y esposa (esposa, hija, madre, nana). El 50% de los sustantivos referidos a hombres son nombres propios y los restantes sustantivos hacen referencia a las relaciones familiares (nieto, hijito) o su trabajo (doctor).
En DOSMIL, el 67% de palabras referidas a mujeres son nombres propios, mientras que los restantes hacen referencia a su relación con los demás personajes o son apelativos usados para referirse a las mujeres en relación con su edad (amiga, tiíta, niña, vieja). Merece la pena notar la desaparición de referencias explícitas al papel de la mujer como madre/abuela, mientras se privilegian las relaciones jerárquicamente horizontales y no necesariamente familiares (amiga). El uso de vieja como apelativo genérico es indicativo de las variedades lingüísticas usadas por los hablantes. Por lo que atañe a los sustantivos que indican hombres, el 69% son nombres propios y los restantes hacen referencia al papel del hombre en la familia (padre) y a su profesión (abogado), o se utilizan para expresar juicios de valor acerca de los personajes masculinos (ladrón, hombre; véase §4.4 para una discusión de los valores morales asociados con la palabra hombre y lo masculino).
4.3 Palabras de hombre y palabras de mujer
En este apartado se comparan las palabras-clave de los turnos de habla de mujeres y hombres en los corpus NOVENTA y DOSMIL. El objetivo es identificar cuáles son las palabras típicas de los turnos de habla de las mujeres y cuáles las típicas de los hombres. En la comparación se identifican 5 categorías de palabras en base a criterios semánticos y pragmáticos, a saber: familia, violencia, amor, habla (verbos y sustantivos que se refieren al hablar) e interacción (verbos, pronombres, interjecciones, etc. que señalan la interacción verbal entre los personajes).
HOMBRES 90 |
MUJERES 90 |
HOMBRES 2000 |
MUJERES 2000 |
papá Juan nada Bueno ser mundo nana seguir tengo toda trabajar o algo Adriana auto cada debemos difícil esperar Malena muerto pegan Puedo ustedes volver órale Marcela en ama amor ayuda base caballeros Deja derecho embarazada esté ganas haya indicios interrumpir llaves maté mucho Nana olvidado otro oy París pelear |
señora Francisco favor esto allá digas dos eres hija Isabel nieto felicidad hablando José parece tiempo Esmeralda tu la ese ahí Al Armando basta decir deja era Esta grande gusto hijito Mamá pediatra pronto quedar Rodolfo segura sientes siéntate tuvo tía ves ya Que quién tú abuela aire allí amigos |
algo hablar dijo tiíta creo hora un amo Barbarita Caracola conmigo debo dice diciendo Erasmo Está gordo han Lusardo Monsalve Oy quiere soy tenía tomó vez eso las Si acaso Ahora alguien anda apures aunque cada capitán Carla Cecilia cobarde Colorado Cualquier cuide dar decirte desgraciado dije doña Es esperar |
Ay Carlos Raúl qué Sí tú bueno ladrón Nando señor tu Mira abogado corazón cálmate dos El Esos ha lejos Mh necesito Papá vieja Yessenia hay Lola Arcángel Arturo bendiga Buenos bárbaro chapa claro costurera Cuídate daño dejes desgraciados dime días enamore encuentra entró fuiste haces hasta hicieron lado Lina |
Tabla 4. Palabras-clave de los turnos de habla de hombres y mujeres en NOVENTA y DOSMIL.
La Tabla 4 contiene las primeras 50 palabras-clave de los turnos de hombres y mujeres en los dos corpus. Estas listas se han obtenido comparando las palabras estadísticamente relevantes en las parejas de subcorpus HOMBRE90-MUJER90 y HOMBRE2000-MUJER2000.
En NOVENTA, la clasificación de las palabras-clave muestra que en los turnos de los hombres, el 18% de las palabras-clave se refiere a la familia (por ej., ama de llaves, nana, papá, etc.), el 8% alude a la violencia (muerto, pegan, maté, pelear), mientras que sólo una palabra se puede relacionar semánticamente con el amor (amor). Además, es importante notar que el 18% de las palabras son indicativas de interacción verbal en los diálogos: entre estas se encuentran las formas verbales de primera y segunda persona (debemos, puedo, órale, deja, maté), los pronombres expresos (ustedes) y los apelativos (papá, nana).
La distribución de nuestras categorías muestra cierta variación en los turnos de habla de las mujeres, donde disminuye (sorprendentemente) la proporción de palabras referidas a la familia (12%) y desaparecen las clases semánticas del amor y de la violencia, mientras que el 28% de las palabras se puede considerar indicativo de interacción verbal (digas, eres, tú, etc.). El 6% de las palabras es un verbo o sustantivo referido a la acción del hablar (digas, hablando, decir).
En su conjunto los datos del corpus NOVENTA señalan que, en sus turnos de habla, hombres y mujeres comparten el ámbito semántico de la familia, aunque en las palabras de los hombres cobra relevancia el tema de la violencia. El elemento más interesante, sin embargo, es la incidencia de palabras indicativas de interacción verbal, más frecuentes en los turnos de las mujeres: los turnos de los hombres se caracterizan como más monológicos, mientras que las mujeres parecen más atentas a la dimensión interpersonal de la interacción verbal.
En el corpus DOSMIL, las clases semánticas de amor, familia y violencia (característicos del género de la telenovela) casi desaparecen de las listas de las palabras-clave. En los turnos masculinos aparece una proporción mayor de palabras referidas al acto del hablar (12% frente al 2% de los turnos femeninos), indicando que en este caso la tendencia a “hablar del hablar” (ya señalada por Melloni 2005) que en el corpus NOVENTA parecía ser prerrogativa exclusiva de las mujeres, en DOSMIL pasa a caracterizar los turnos masculinos. Los turnos de las mujeres, por otra parte, evidencian mayor énfasis en la interacción verbal, con un 34% de las palabras-clave que indican implicación de hablante e interlocutor en lo dicho (por ejemplo, tú, mira, cálmate, cuídate, etc.), más del doble que en los turnos masculinos (16%).
El análisis de las palabras-clave se ha utilizado también para verificar la evolución de los turnos de hombres y mujeres, comparando las palabras estadísticamente relevantes en las parejas de corpus HOMBRE90- HOMBRE2000 y MUJER90-MUJER2000. La Tabla 5 contiene la lista de las palabras-clave que resultan de esta comparación. En este análisis, además de las categorías consideradas antes, se tiene en cuenta la incidencia de nombres propios referidos a mujeres y hombres.
HOMBRES 90 |
HOMBRES 2000 |
MUJERES 90 |
MUJERES 2000 |
mundo Juan Marcela o el ha nana seguir señor toda trabajar papá nada Sí Adriana ahorita auto debemos difícil doctor esposa he Malena mejor muerto pegan Puedo Sol Todo uno ustedes Valeria órale del Tina ayuda base caballeros conocer Deja derecho dices embarazada esos grave indicios interrumpir Jajaja lejos madre |
hombre usted dejar Félix tiíta eres este esto fue Lo Raca pasa Qué acá Barbarita Caracola conmigo contigo debo dice diciendo don Erasmo gordo Jimena Karina Lusardo Monsalve Quién Santos tenía me ya está aquí acaso alguien Alina apures capitán Carla Cecilia Cobarde Colorado creer cuide dar decirte decisión dejo |
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Tabla 5. Evolución de las palabras-clave en los turnos de hombres y mujeres a lo largo de las dos décadas.
Los datos de la Tabla 5 indican una serie de hechos interesantes, sobre todo en relación a la incidencia de nombres propios masculinos y femeninos en los turnos de hombres y mujeres. En los turnos masculinos del corpus NOVENTA los nombres propios masculinos constituyen el 2% de las primeras 50 palabras-clave; este porcentaje sube hasta alcanzar el 12% en los años 2000. La presencia de nombres propios femeninos en los turnos masculinos, en cambio, se mantiene invariada en las dos décadas. En los turnos femeninos se observa mayor equilibrio ya que las incidencias de nombres propios masculinos y femeninos, además de ser bastante parecidas entre sí, no presentan variaciones marcadas en las dos décadas (los nombres masculinos representan el 8% de las palabras-clave en NOVENTA y el 12% en DOSMIL, los femeninos constituyen el 8% en NOVENTA y el 10% en DOSMIL).
Otros hechos que merece la pena señalar son la disminución de referencias a la familia y a la violencia en los turnos de ambos sexos y el aumento de marcas de interacción en los turnos femeninos en los años 2000.
4.4 Colocados de mujer y hombre
El estudio se concluye con un análisis de los colocados de los lemas mujer y hombre, observando las palabras que aparecen frecuentemente en combinación con dichos lemas en los corpus NOVENTA y DOSMIL. La Tabla 6 contiene una selección de los colocados que aparecen en un entorno de 5 palabras a la izquierda y a la derecha de mujer y hombre.
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MUJER |
HOMBRE |
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NOVENTA |
pegan viejas tomó terminan supuesto quiera pueblitos privativo parteras enfermeras |
deseo buscan aconsejan sus único todas siendo Mi mamá señora |
veras saberlas pegó pegan deben primer matrimonio |
sus hijo vida su tu
|
DOSMIL |
suceder existe salgan respetar Quizás quería pegándoles pega pedirme machito llegue matar Cobarde miedo Dios puerta hombre vida tu
|
tantos oíste Muchachos guapos encontrado Dispárame dispárame agárrenla pega oyó mató hice había entiéndame domar das apareció alborotando soy Un |
Mamá haga desgraciado Vas dejo todos un vamos salir mujeres mala hombre cosa eres Usted vida te se mi me |
|
Tabla 6. Colocados de mujer y hombre en NOVENTA y DOSMIL.
En primer lugar, hay que señalar un dato relativo a la frecuencia de los lemas analizados que confirma lo hasta ahora expuesto: mujer como lema (mujer, mujeres) presenta una frecuencia ligeramente menor en la segunda década (ya que aparece 9 veces en NOVENTA y 7 veces en DOSMIL), mientras que hombre tiene una frecuencia más de dos veces mayor en DOSMIL que en NOVENTA.
Pasando al análisis de los colocados, en NOVENTA mujer se coloca a menudo con palabras que indican los roles tradicionales de la mujer (parteras, enfermeras, mamá, señora); el mundo femenino es representado como separado del masculino (¿[…] es algo privativo de mujeres?) y la condición femenina se asocia con una condición social inevitable de inferioridad y exclusión (En esos pueblitos casi todas las mujeres terminan siendo siempre enfermeras, parteras, comadronas); también llaman la atención el uso del posesivo mi (mi mujer) y la presencia del verbo pegar (ejemplos en Figura 1). En los años 2000 los colocados evidencian una mayor tensión en la relación entre los dos sexos, ya que mujer se coloca con verbos como respetar, pegar, matar, que apuntan explícitamente al problema de la violencia de género, enfatizando también la oposición entre hombre (machito, hombre) y mujer (que no se atreva a ir de machito aquí, pegándole a las mujeres; Porque un hombre que les pega a las mujeres no es más que una pájara) (ejemplos en Figura 2).
Figura 1. Concordancias del lema mujer en el corpus NOVENTA.
Figura 2. Concordancias del lema mujer en el corpus DOSMIL.
El entorno colocacional del lema hombre presenta elementos importantes para la representación de la relación entre los géneros. En los años 90 los colocados de hombre hacen referencia a la violencia (pegar) y a las relaciones familiares (matrimonio, hombre de tu vida, etc.) (véase Figura 3). En los años 2000, la mayor frecuencia del lema comporta una mayor variedad de colocados, la mayoría de los cuales presenta la violencia y la agresividad como una característica propia de lo masculino a través de verbos como pegar, disparar, matar, domar, etc. En el discurso se subraya el valor de ser hombre asociándolo a la capacidad del hombre de imponerse por la fuerza y dominar a la mujer (Conque muy fiera, ¿no? Y yo te voy a domar, porque yo soy un hombre, oíste, un hombre... Muchachos, ¡agárrenla para que no se mueva!; Un hombre, entonces vamos, ¡dispárame! ¡Dispárame si eres tan hombre!, véase Figura 4). Asociando la figura masculina a violencia y agresividad lo que se está haciendo es dar visibilidad y denunciar ciertos comportamientos.
Figura 3. Concordancias del lema hombre en el corpus NOVENTA.
Figura 4. Concordancias del lema hombre en el corpus DOSMIL.
5. Conclusiones
Objetivo de este estudio ha sido investigar el papel de las telenovelas en la conservación o superación de estereotipos de género: utilizando una metodología basada en corpus, se han comparado telenovelas de los años 90 y de los años 2000 para verificar si los guiones de estos productos reflejan un cambio de actitud social hacia la mujer, o bien, si se puede considerar que las telenovelas siguen proponiendo como válidos modelos tradicionales de la relación entre los géneros.
Los resultados han evidenciado una evolución en la representación que las telenovelas proponen de hombres y mujeres. El cambio más evidente, confirmado por los tres métodos de análisis cuantitativo utilizados, atañe a los hombres, que, en la última década, han visto aumentada su visibilidad dentro de estos productos seriales: el estudio ha evidenciado que, en las telenovelas de los años 2000, los hombres hablan más que las mujeres (y mucho más de lo que hablaban en los años 90).
No solo, en general, en las telenovelas de los años 2000 se habla más de hombres, como demostrado por la aumentada incidencia de palabras referidas a hombres (incluidos los nombres propios masculinos) entre las palabras-clave y la mayor frecuencia del lema hombre. Estos datos indican que las telenovelas (en su origen productos mediáticos dirigidos a mujeres, donde estas eran las protagonistas absolutas) han evolucionado para reflejar un modelo más equilibrado de relación entre los géneros, en el cual hombres y mujeres comparten protagonismo.
Esta evolución afecta también la manera de hablar de los hombres, ya que las diferencias entre las palabras de hombres y mujeres, muy marcadas en los años 90, se ven algo mitigadas en los años 2000, cuando por ejemplo los hombres hablan menos de violencia y demuestran un interés, antes exclusivo de la mujer, por la narración y el acto de hablar: ese hablar que los personajes de las telenovelas hacen de lo que alguien ha dicho que otra persona ha referido, etc., ha dejado de ser prerrogativa femenina, transfiriéndose también a los hombres.
El único cambio importante que se ha observado en los turnos de las mujeres tiene que ver con el nivel de interacción de sus diálogos: si en los turnos de habla masculinos predomina un tenor monológico, en el de las mujeres, y sobre todo en las mujeres de la última década, se observa una incidencia muy alta de rasgos lingüísticos propios de la interacción. Esto, además de indicar el papel central de la mujer en la gestión de la interacción verbal, apunta a la mejor calidad de los guiones de los años 2000, que usan una lengua más natural y más adecuada desde el punto de vista conversacional.
Por último, el análisis de los colocados de los lema mujer y hombre ha revelado que en los años 2000 las mujeres dejan de ser asociadas a sus roles tradicionales (enfermeras, parteras, comadronas…), mientras que cobra centralidad la vinculación del hombre con la violencia, especialmente la violencia dirigida a la mujer. Son evidentes en estas asociaciones léxicas frecuentes la voluntad de denuncia y una clara intención educativa.
En su conjunto, los datos cuantitativos aquí analizados revelan que las telenovelas, por un lado, reflejan los cambios sociales proponiendo un modelo más equitativo de relación entre los géneros, y por el otro, insistiendo en la representación de la lacra social de la violencia de género, se plantean como instrumentos de denuncia y (potencialmente) agentes del cambio social.
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Notas
[1] De Lauretis (1984: 60) señala que el discurso del cine dominante desempeña «a political function in the service of cultural domination including, but not limited to, the sexual exploitation of women and the repression or containment of female sexuality».
[2] Casas (2005) señala que la representación de una sociedad más moderna y cosmopolita no es sino una respuesta a las presiones del mercado globalizado, que demanda la paulatina dilución de los caracteres tradicionales de la identidad nacional (religión, variedades lingüísticas, historia etc.) y su combinación con nuevos rasgos de las sociedades modernas internacionales, para crear productos más fácilmente exportables. Las telenovelas se verían así sometidas a la necesitad de reflejar «a complex, dynamic, yet conservative cultural community» al mismo tiempo que deben adoptar la identidad de una sociedad cosmopolita, liberal y moderna (2005: 108).
©inTRAlinea & Sara Piccioni & Rafael Lozano Miralles (2013).
"Preservación y superación de estereotipos de género en las telenovelas: un análisis basado en corpus"
inTRAlinea Special Issue: Palabras con aroma a mujer. Scritti in onore di Alessandra Melloni
Edited by: Maria Isabel Fernández García & Mariachiara Russo
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